La calidad de su carne es muy apreciada por los carniceros y consumidores por sus características organolépticas de color, terneza y jugosidad. Se obtienen piezas  muy desarrolladas y con la infiltración deseada, que recuerdan al aspecto del jamón ibérico de bellota.

Del despiece de esta raza vamos a elegir un chuletero o riñonada si va con solomillo, de la que podremos aprovechar  su parte alta como chuletones, de la parte intermedia partiremos chuletas y entrecot, y la parte baja del lomo sin hueso podemos hacer unos filetes de lomo,  que al ser de vaca tendrán también grasa infiltrada.

Aunque tradicionalmente conocida como raza lechera, la vaca frisona (Holstein-Friesian) presenta, tras una vida larga y una alimentación adecuada, una carne de vaca vieja excepcionalmente sabrosa. Seleccionamos animales con un perfil genético adecuado y un acabado óptimo en grasa, generalmente con más de 6 años, lo que permite una infiltración intramuscular (marmoleo) uniforme que potencia la jugosidad y profundidad del sabor en cada corte.

Trabajamos con ganaderías comprometidas con la cría sostenible y el bienestar animal. Las vacas se alimentan a base de forrajes naturales, cereales seleccionados y sin aceleradores de crecimiento. Esto garantiza no solo una carne más saludable, sino también un producto que respeta los ritmos naturales del animal, resultando en texturas más complejas y sabores intensos.